China también pide a Ecuador garantías a la inversión

China es el principal financista del actual Gobierno y es considerado un país aliado. Pero esta semana dejó en claro que la incertidumbre sobre los Tratados de Protección de Inversiones (TBI) es una señal negativa para que el capital extranjero llegue a Ecuador. Su argumento es el mismo de cualquier país capitalista que busca seguridad para sus inversiones. Y no ha sido el único, pues otras naciones lo vienen pidiendo desde el 2010, cuando el Régimen anunció la eliminación de los TBI con el argumento de que no se sujetaban a la Constitución del 2008. En lugar de hacer una modificación puntual a esos acuerdos, para que en caso de presentarse diferencias entre las partes se resuelvan en tribunales regionales -como lo pedía la Carta Magna-, el Gobierno decidió darlos por terminado en su totalidad. Hace dos años envió a la Asamblea 13 TBI para que sean dados de baja. Ahí empezaron los tropiezos del oficialismo, ya que unos tratados fueron eliminados y otros no, lo cual envió una señal al exterior de trato discriminatorio. Los TBI de varios países de la Unión Europea estaban en la lista y sus autoridades transmitieron su malestar a través de los embajadores en Ecuador. El proceso no llegó a concretarse, en parte, porque complicaba las negociaciones de un acuerdo comercial con la UE. Ahora el Gobierno ha creado un nuevo ambiente de incertidumbre entre los inversionistas, sean aliados o no. Por un lado, este año creó una comisión para auditar los TBI, lo cual ha generado el malestar en China. Y por otro, en su reciente viaje a EE.UU., el Ministro de Comercio abrió la posibilidad de que el TBI con ese país sea renegociado. Si hay esa posibilidad, la cual es una oferta del Gobierno, la auditoría a los TBI sobra, a menos que el informe final de esa auditoría ya esté arreglado para que no vaya más allá de lo que está ofreciendo el Régimen.

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