Con menores ingresos fiscales, producto de la caída de los precios del petróleo, el Gobierno ha empezado a utilizar todo lo que está a su alcance para evitar un deterioro mayor en la balanza de pagos, donde se resume la cantidad de dinero que entra y sale del país por las transacciones de bienes, servicios y de capitales.
Esta semana, el Gobierno ha vuelto a señalar que el déficit en el comercio exterior es la debilidad de la economía nacional. En realidad, la declaración no es nada nueva y suele repetirse cada vez que un evento externo amenaza con complicar la economía nacional.
En esta ocasión, la caída en el precio del petróleo está dejando al descubierto los casi 7 años de carencia de una política de comercio exterior.
Las cifras en rojo hasta septiembre pasado son un anticipo de lo que será el cierre del año en materia comercial. USD 821 millones de déficit global y 7 000 millones de déficit no petrolero (cifra histórica), preocupan al Régimen, no solo por la magnitud de la brecha no petrolera, sino por el deterioro que se prevé continuará en los siguientes meses. A diferencia de años pasados, el ‘boom’ petrolero ya no será suficiente para compensar la falta de gestión en materia de comercio exterior.
En este escenario, el Comité de Comercio Exterior (Comex) ha acelerado la puesta en marcha de medidas para controlar el ingreso de productos importados como cosméticos, ropa, juguetes, zapatos y varios alimentos, con el consiguiente efecto en las empresas que se dedican a estas actividades.
Esta medida forma parte o se suma a la anunciada hace un mes, a través de la cual se quiere normar la calidad de productos nacionales e importados.
Hace un mes el INEN anunció que establecerá unas 4 000 normas técnicas de calidad hasta fin de año, y la semana pasada el IEPI dijo que prevé aplicar una normativa que se traducirá en mayores costos para productos como smartphones y tablets.
Se espera que los resultados de estas medidas, que se enfocan mucho en restringir las importaciones y poco en incentivar las exportaciones, se reflejen a partir del 2014. Y dependiendo de cómo evolucione el precio del crudo, la variable de ajuste será la entrada de bienes al país.